Casta parasitaria • Castaparasitaria: 25 mar 2009

RAJOY COMPROMETE SU PRIMERA ENTREVISTA COMO PRESIDENTE
CON LA PERIODISTA MAGDALENA DEL AMO:
“ Cuando sea Presidente de Gobierno tendrá usted la primera entrevista como Presidente del Gobierno. ”
(16 de junio de 2005. Véase minuto 16:20 y ss. de la entrevista).

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25 de marzo de 2009

Ante el Ministerio de la Muerte (I)

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-Por Roberto Malestar

Creado, impuesto y fomentado por esa rara avis —entrevero insufrible de Carlos II el Hechizado y Fernando VII el Felón— que gobierna desde La Moncloa contra su propio pueblo, el Ministerio denominado de “Igualdad” constituye una gravísima y reaccionaria ofensa hacia media España.

Esto por lo pronto y cuando menos: no hay peor reaccionario que aquél que, pusilánime y criminalmente, atenta —reacciona, pues— contra el derecho natural que toda persona tiene a su propia plenitud desde el instante originario en que fue concebida.

Una ofensa que sumada a otras muchas sólo sirve para ahondar, todavía más, el difícilmente salvable socavón divisorio entre unos y otros españoles, donde, por personalísimo interés del irresponsable profundo que nos gobierna, se acumulan y crecen las aguas fétidas de nuestros paños más sucios.

Cierto es que, más tarde o más temprano, este irrepetible y, por lo mismo, inolvidable creador de acantilados sociales y proletarizador in crescendo de las clases medias (repugnante invento franquista que tanto le disgusta), Él, el hechizado Zapatero, se irá, pero no por voluntad propia, sino porque, ya con el agua al cuello, los masoquistas que aún le soportan y sostienen acabarán retirándole el gobernalle de la nación, sopena de encallarla definitivamente, sin remedio, en las playas del caos y la humanísima anarquía —que poco a poco, paulatinamente, asciende entre los ortos de los días.

El más que equívoco, perverso y siniestro Ministerio de “Igualdad” constituye, en rigor, un nido institucionalizado de desigualdades vergonzantes. No es que haya llegado a esto después de transcurrido un año de su infausta e indolente creación, sino que, desde ésta, tal fue ya, justa e instrumentalmente, su inconfesable misión programática: desde las alturas gubernamentales, desplomar cargas de profundidad contra el más mínimo atisbo existencial de oposición, especialmente cuanto más incursa ésta en una navegación de singladuras favorables.

También, liberar señuelos; siempre a tenor de las desviaciones sociales reveladas tanto por los demoscópicos radares de la Moncloa como por los paramonclovitas pulsómetros de las radio-cadenas del nuevo Movimiento.
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