Casta parasitaria • Castaparasitaria: 23 sept 2009

RAJOY COMPROMETE SU PRIMERA ENTREVISTA COMO PRESIDENTE
CON LA PERIODISTA MAGDALENA DEL AMO:
“ Cuando sea Presidente de Gobierno tendrá usted la primera entrevista como Presidente del Gobierno. ”
(16 de junio de 2005. Véase minuto 16:20 y ss. de la entrevista).

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23 de septiembre de 2009

Homilía funeral sobre el socialismo español

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-Por Roberto Malestar

(Cfr. «Sobre los dos PSOEs y la «Carta ética de la Internacional Socialista» (I)»)

Queridísimos hermanos, camaradas amantísimos, deudos todos del próximo difunto: jornada aciaga donde las haya, hic et nunc, nos encontramos hoy ante el cuerpo insepulto, trémulamente palpitante todavía, del socialismo español.

Qué decir, qué deciros a vosotros: Marías Antonias, Enrics y Margaritas, Pepes Bonos, Pepes Blancos, Peces-Barbas, fraternales Gabilondos, Chaconas y Pajines, camarados y camaradas; Bibianos todos de la high life parasitaria; heteróclita e incongruente carcoma del legado de nuestro santo laico —“ora pro nobis”— don Pablo Iglesias: cristianosocialistas, opusocialistas, republicanomonárquicos siempre del sol que más calienta (con Franco y sin él).

Os agradezco de veras que hayáis pensado en mi alocución al convocarme en tan infausta circunstancia. Mas para qué, ¿para qué me convocáis ahora, en la hora declinante de las postrimerías? ¿Qué deseáis, en rigor, escuchar de mí? ¿Acaso el como eco de vuestras patéticas consignas y reiteradas oquedades verbales? He de deciros, de ser así, que vuestra parroquia ha errado con el oficiante elegido.

Si todo moribundo merece el máximo respeto, no seré yo quien prive del suyo a este socialismo de casi cuerpo presente. Porque es un hecho cierto que el socialismo español, cuya originaria autenticidad ha venido siendo histórica y progresivamente expropiada por un hatajo de estafadores de la vida pública causantes de gravísimos perjuicios patrimoniales a su propio pueblo mediante engaño y con ánimo de lucro, precisamente por ello, se bate hoy consigo mismo, a horcajadas de la vida y la muerte, postrado en la ultimidad de sus estertores. Tal que un sucedáneo del chocolate, un socialismo declinado en “socialdemocracia” —como no podía ser menos cuando, inexorable, la Historia misma le vapuleó las narices con su clase media— y que viviendo, entre otros cuentos, del cuento de un inexistente pasado ético precisa hoy de la bufonada extemporánea de pañuelos rojos e “Internacionales” —cánticos de beata rancia para enmascarar su obsceno, tantas veces endogámico, insultante y ya indisimulable señoritismo.

Hay muertos que mueren de pura ofensa. Y según la doctrina esparcida por Madame Necker en las jornadas precursoras de la Revolución Francesa, las palabras ofenden más que las acciones, el tono más que las palabras y el aire más que el tono, como lúcidamente recordaba el noventayochista Grandmontagne, en su sugestivo ensayo sobre «El cariño y el amor». Pues que precisamente de ello, y al margen de su exacerbado cariño por lo crematístico, de amor —auténtico amor social y por la patria, es decir, por los compatriotas que integran su cuerpo social— es de lo que, agónico, adolece nuestro socialismo; hoy, tan ex-obrero como español a beneficio de inventario: “socialismo” pura, dura y sangrantemente financiero: paradoxa paradoxorum, socialismo capitalista; “socialismo” donde no cabe otro progreso que el de los horteras nuevos ricos. ¡He ahí, amadísimos cofrades, bajo la pública periferia de los capullos, las espinas de la rosa!
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