Casta parasitaria • Castaparasitaria: 15 jun 2009

RAJOY COMPROMETE SU PRIMERA ENTREVISTA COMO PRESIDENTE
CON LA PERIODISTA MAGDALENA DEL AMO:
“ Cuando sea Presidente de Gobierno tendrá usted la primera entrevista como Presidente del Gobierno. ”
(16 de junio de 2005. Véase minuto 16:20 y ss. de la entrevista).

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15 de junio de 2009

Astracanada: El País desnuda a Zapatero (II)

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-Por Roberto Malestar

Muy estupefacientemente, en «Berlusconi al desnudo» —sublime editorial del diario amigo que vengo comentando—, mientras nada es lo que parece, todo lo que parece resulta ser, sin embargo, algo. Intentaré, no obstante, hincarle algún diente a tan superferolítica y ontológica cuestión, en cuyo seno de realidad las fotografías no son fotografías, sino “imágenes”, y las imágenes, por más que fotográficamente imaginen excitados “cavalieri”, ¡tampoco son fotográficas!

Ello porque, desde ahora, en la más reciente doctrina de los sabios que editorializan tras las bambalinas de El País, “las imágenes” transgresoras de las intimidades de los primeros ministros ya no desvelan su privacidad, sino sus derivas autoritarias.

El esoterismo del asunto estremece prima facie, y sin embargo, ¡es tan fácil de entender…! Sólo hay que reparar en “la última hora científica” que presta fundamento al ya internacionalmente conocido editorial, como corresponde al "periódico de los intelectuales": estar siempre a la última. Nos referimos a la Teoría del Huevo Único de Franco (con mayúsculas, por si acaso), según la cual el Generalísimo fue monórquido. Más que monárquico, en rigor, juancarlista, como Enrique Sopena. Esto es, ab ovo (partiendo del huevo), monárquico desde los Principios del Movimiento.

Mira tú que novedad: ¡que el Caudillo era monárquico!, cuando sabido es de todos que don Francisco fue tan “monórquido” como su valido, don Juan Carlos, “francó-fono” —por lo menos mientras se dio la sazón: cuando por empleo, jornal y porvenir se dedicaba a jurar principios por las Cortes del harakiri. Pero lo que no sabíamos, he aquí la novedad, es que el Caudillo fuese ciclán, o sea, monocojón, lo cual, por lo visto —por lo que viene a decirse que no se le veía— podría explicar esa su “teima” galaico-gaitesca de hacerlo todo, compensatoriamente, “por cojones”, y no sólo, como hasta el presente presumían los nostálgicos, “por la patria”.
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